jueves, 18 de octubre de 2012

Frágil

Estuve perdida muchos días, sin saber para donde caminar. Sigo intentando orientarme, pero hoy sentí necesidad de abrir esto y descargar un rato. Claramente mis dedos están inmóviles arriba del teclado. No se, tengo necesidad de abrazar a las personas y siento que cada vez se alejan más, van perdiéndose en el tiempo y en las responsabilidades. Puedo entender eso, puedo aceptarlo... yo también tengo mis cosas y mis ''hoy no puedo''. Pero no puedo entender esa constante excusa que siento que varias personas utilizan para evadir la realidad. Negadores. Cuando sentís que algo ya no va, no va y punto y aparte. A otra cosa. No me cabe la cadena de excusas, las cancelaciones de ultimo minuto por pelotudeces y lo que menos me trago es que después tengan esa capacidad de dar vuelta las cosas para que la mala de la historia, la abandonadora, sea yo. No logro entender como es que hacen. Hace un tiempo que tengo la sensación de que el camino, repentinamente, se abrió en dos y yo me mandé por el más desolado. Por el que yo creo que es mejor para mi, el que enriquece más a mi persona, lejos de tanta frivolidad. Estoy en ese lugar donde hasta lo mas imperceptible está lleno de magia, los atardeceres, el pasto mojado después de una tormenta, el viento de las siete de la tarde, el escalón de esa casa en la esquina donde nos sentamos a tomar una cerveza, esas cuadras que camino de más para jamas tener que terminar de hablar, esos abrazos de viernes que se me hicieron tan necesarios, esas miradas cómplices que hacen que estén de más las palabras, una cena un martes a la noche cuando todos estamos cansados de la rutina y las obligaciones. Cosas del corazón. Me estoy acostumbrando demasiado a estas cosas y ante el mínimo destello de frivolidad tengo ganas de salir corriendo. Siento que hay personas que, antes, cuando estaba la luz apagada eran mis ojos y ahora no hacen mas que ponerme la traba. Es muy raro todo esto, es un cambio muy repentino, caí en la realidad y creo prescindir de su compañía y aunque yo sola creo estar pasando por esto... la otra parte me está dejando muy en claro que está viviendo lo mismo que yo. También se fue por un camino diferente al mio.

1 comentario:

  1. Perder los abrazos de los viernes, eso es inconcebible! Gracias por las buenas vibras. Esas cenas de los martes me dieron un poquitín de nostalgia, debo admitirlo. Y algunas otras cosas también. Fragilidad, vulnerabilidad... cosas del corazón, qué se le va a hacer. Me alegra haber vuelto. Nos vemos por aquí, a ver si se ven fotos de trapecios, que te ponen más alegres. Veremos cómo sigue la cuestión!

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