jueves, 15 de diciembre de 2011

Hombres necios.

Hombres necios que acusan a la mujer sin razón, sin ver que son la ocasión de lo mismo que culpan. Si con ansia sin igual, solicitan su desdén, ¿por qué quieren que obren bien, si las incitan al mal? Combaten su resistencia y luego con gravedad dicen que fue liviandad lo que hizo la diligencia. Con el favor y el desdén tienen condición igual, quejándose, si los tratan mal… burlándose, si los quieren bien. Opinión ninguna gana, pues la que más se recata si no los admite, es ingrata y si los admite, es liviana. Siempre tan necios andan que con desigual nivel a una culpan por cruel y a otra por fácil. ¿Pues cómo ha de estar templada la que su amor pretende, si la que es ingrata ofende y la que es fácil enfada? Dan sus amantes penas a sus libertades alas y después de hacerlas malas, las quieren hallar muy buenas. ¿Cuál mayor culpa ha tenido en una pasión errada, la que cae de rogada o el que ruega de caído?

Sor Juana Inés de la Cruz

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